LA CONTINUIDAD NARRATIVA o LA ESTRUCTURA DE UN GUION
Uno de los tipos de continuidad en el cine más importante es la
continuidad narrativa. En toda historia contada, el orden es
fundamental para comprender el desarrollo de la acción, es decir, es
esencial que un espectador entienda cómo evoluciona la trama y los
personajes en la misma.
En la estructura de la acción entra en juego de forma definitiva el
concepto de tiempo. De hecho, la estructura tripartita de
planteamiento – nudo – desenlace propuesta por Aristóteles
responde un concepto temporal lineal.
De forma general, en el planteamiento se presentan los personajes,
la acción (o conflicto principal), el tiempo externo (época) y el
lugar. En el nudo, se desarrolla la acción (ocurre el clímax o el
punto de giro también llamado giro de la acción) y en el desenlace
se propone una forma en la que finaliza o se resuelve el conflicto
principal. Sin embargo, es fácil intuir que no todo es tan sencillo.
De hecho, el principal problema es que salvo algunas excepciones, el
tiempo en el que se desarrolla la acción no coincide con la duración
de la obra. Algunas obras de teatro, algunas novelas experimentales y
algunas películas que se ruedan como plano secuencia son las
excepciones. Son ejemplos de esto último La soga de
Hitchcock o Antes del atardecer de
Richard Linklater.
Por otro lado, cualquiera sabe que una estructura tan clásica solo
se aprecia en algunas novelas o películas. De hecho, en el siglo XX
jugar con la estructura ha sido una constante en los principales
narradores tanto en la literatura, como en el cine.
Estos factores llevan por necesidad a hablar de los siguientes
conceptos:
ELIPSIS
Se denomina elipsis a la supresión de un fragmento
narrativo, es decir, una elpisis es un salto en el tiempo (o en el
espacio). La gran mayoría de películas presenta elipsis: son
necesarias y, además, saber hacerlas bien permite muchas
posibilidades. Las más comunes son las elipsis inherentes, aquellas
que suprimen tiempos y espacios irrelevantes para la acción. Se
entiende que algunas de estas elipsis pueden usarse con valor
expresivo o simbólico. Por último, conviene hablar de las elipsis
voluntarias en la estructura que pretenden ocultar información al
receptor (son un clásico en las películas policiacas o thrillers) y
aquellas que también suponen falta de información para el
personaje. En algunas ocasiones existe información que es una
elipsis para el personaje y no para el receptor.
En el siguiente vídeo, tenéis tres ejemplos básicos hechos de
forma distinta:
FLASHBACK (o ANALEPSIS) y FLASHFOWARD (o
PROLEPSIS)
Un flashback
o analpesis es la
vuelta al pasado dentro de un relato. Por el contrario, un
flashfoward o
prolepsis es el
avance hacia un punto del futuro dentro del relato. En el cine, en la
televisión y en la literatura hay numerosos ejemplos de ambos. En la
serie Lost
de J. J. Abrahams se puede ver un uso magistral de ambos que
contribuye de forma definitiva no solo al conocimiento sobre los
personajes, sino al desarrollo de la acción. Se trata de un caso muy
particular, pues se podría decir que estos saltos narrativos son
esencia de la serie. Otro caso interesante es Irreversible
de Gaspar Noé que se construye a través de flasbacks continuos, es
decir, presenta un orden cronológico invertido.
En la siguiente escena de Amanece que no es poco
de José Luis Cuerda se explica “con claridad” lo que es una
posibilidad de flashback.
[POSIBLES ESTRUCTURAS]
Con estos conocimientos previos, podemos hablar de distintas
estructuras narrativas. Se entiende por ESTRUCTURA LINEAL aquella que
presenta los hechos de forma cronológica, incluso cuando pueda
presentar algún flashback o flashfoward.
Esta estructura lineal puede carecer de planteamiento. Como en
literatura, se entiende que son obras que comienzan IN MEDIAS RES, es
decir, en el medio de la acción. En estos casos, es probable que
vayamos conociendo con el desarrollo de la acción los elementos
necesarios para comprender la trama. En otras ocasiones, la falta de
conocimiento es un factor con el que juega el director. Películas
como el clásico El Padrino de Francis Ford Coppola o más
modernas como Saw de James
Wan empiezan de esta
forma.
Dentro de la estructura lineal, aparecen películas o series con un
FINAL ABIERTO. Se entiende por final abierto aquel en el que el
espectador debe completar el desenlace o parte de él. Un final
abierto no siempre implica cualquier posibilidad de interpretación.
Un uso magistral de este tipo de estructura se puede ver en la serie
Los soprano de David Chase o
en los filmes Origen
de Christopher Nolan o Carretera perdida
de David Lynch.
Por último, dentro de esta linealidad se puede hablar de ESTRUCTURA
FRAGMENTARIA, si domina la elipsis en la pieza audiovisual. La serie
The wire de David Simon es paradigmática
En ocasiones, este fragmentarismo puede llevar a una ESTRUCTURA
CAÓTICA. El espectador ve fragmentos desordenados de una misma
historia (o varias) que solo se pueden reconstruir de forma
definitiva al final. Los filmes 21 gramos o Babel de
Alejandro González Iñárritu son buenos ejemplos de este tipo de
estructura.
La última forma de romper la linealidad es la ESTRUCTURA CIRCULAR.
En estas estructuras el final de la obra es, de algún modo, una
vuelta al punto de partida. No siempre es literal ni tiene por qué
afectar al mismo personaje. Son ejemplos la película 12 monos
de Terry Guillam o la ya mencionada serie The wire.
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